Saberes y tradiciones del adulto sobre quemaduras que consultan en el servicio de quemados de salud pública en la provincia de San Juan en el mes de noviembre del año 2022.
Abstract
La medicina tradicional, alternativa y/o complementaria (MTAC) ha sido definida de muchas maneras. Según la Organización mundial de la salud (OMS), la medicina alternativa es una suma de descubrimientos, métodos y destrezas que se fundamentan en la teoría de convicción, han sido utilizadas desde la antigüedad en distintas culturas que se implementan para mantener la salud, tanto física como mental (OMS, 2014).
En el Noreste Argentino y Cuyo los especialistas tradicionales son los curanderos; la biomedicina alcanza a toda la población a través de su organización en hospitales y centros de salud de jerarquía diversa; el autotratamiento incluye la cura de palabra y numerosas recetas y otras técnicas de la medicina humoral. Entre las medicinas religiosas, los campesinos disponen de las curas carismáticas y evangélicas, mientras que las terapias alternativas por su alto costo y su carácter urbano no se constituyen en una verdadera opción en la atención de la salud1
La población adulta sanjuanina seleccionada parece desarrollar un accionar diferente en relación al significado salud-enfermedad, ya que son estilos de vida tradicionales de las comunidades construidas en circunstancias determinadas como es en el caso de la lesión térmica y a partir de éstas desarrollan distintas respuestas frente a los padecimientos.
Por otro lado, todo servicio de mayor complejidad, como es el Servicio de Cirugía Plástica y Quemados, del Hospital Público Solidario Marcial V. Quiroga de la provincia de San Juan, evalúa considerando conjuntamente extensión, localización y profundidad de la quemadura, además la edad de la persona, patologías preexistentes y patologías concomitantes.
Cuando esta población adulta sufre una lesión producida en los tejidos vivos por la acción de diversos agentes físicos, químicos o biológicos, determinada como “quemadura”, los adultos evalúan y deciden según la gravedad del accidente. Se supone que no acuden al Servicio de Cirugía Plástica y Quemados debido a que posiblemente deducen que no existe un riesgo de vida debido a que pertenecen al primer grupo (leve) de la clasificación de gravedad según el Dr. Benaím que son quemaduras superficiales tipo A >15%; quemadura intermedia tipo AB > 5%; quemadura profunda tipo B > 1%. Además, no tienen en cuenta que deben priorizar no solo la extensión y profundidad sino también los factores que intervienen en la evaluación de riesgo como quemaduras eléctricas, embarazos, quemaduras en zonas especiales como son cara; cuello; genitales; manos; etc.
Por tanto, los adultos acuden tarde a la consulta con el equipo interdisciplinario lo que genera una detección de complicaciones dificultosas que va a perjudicar en la evolución de la lesión, mayor tiempo de internación, mayores secuelas estéticas y funcionales, como también una dificultad en su reinserción social.
En cuanto la atención de enfermería al paciente quemado supone un reto, no sólo por el riesgo vital que representa, sino por el tratamiento específico que requiere y por la repercusión psicoemocional y social que implica para el paciente y su familia.
El rol del profesional de enfermería en este servicio anteriormente mencionado abarca acciones como la evaluación y clasificación de las quemaduras; los cuidados de emergencia; el manejo del dolor y administración de analgésicos; la prevención de infecciones; curaciones y cambios de vendaje; monitorización y gestión de complicaciones potenciales como por ejemplo shock hipovolémico, entre otras.
El accionar engloba desde el cuidado inicial hasta la rehabilitación a largo plazo, sin embargo, el enfermero no se limita únicamente a la ejecución de procedimientos técnicos, sino que también abarca el apoyo psicosocial ya que las lesiones por quemaduras pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida y facilita la identificación de recursos y redes de apoyo que contribuyen al bienestar emocional del paciente. La evaluación psicosocial es esencial para proporcionar atención de enfermería integral, considerando no sólo los aspectos físicos, sino también los emocionales y sociales que impactan en la salud global del paciente. Además, cumplen un rol educativo brindando información sobre signos de alarma y la importancia de cumplir con el régimen del tratamiento.
Los profesionales de enfermería son el primer contacto con el paciente, es fundamental la actualización de los protocolos de curación y el uso de tecnologías y técnicas.
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